A últimas
fechas, el tema en boga de los mexicanos ha sido la reforma energética
propuesta por el presidente Enrique Peña Nieto ante el senado para su votación y
posible aprobación si se considera el clima de imposición reinante en el país,
pero ¿Alguien realmente se ha preguntado cual es el contenido de la reforma
energética?
La
reforma energética debería llamarse “reforma del artículo 27” o en el mejor de
los casos “reforma petrolera”; a 75 años
de la expropiación de los activos de empresas petroleras (que quede claro, no
del petróleo que fue promulgado como propiedad de todos los mexicanos en el artículo
27, años antes de la expropiación, desde la publicación de la carta magna de
1917) el desarrollo tecnológico en el rubro energético ha avanzado de manera
brutal, y es inconcebible que una reforma energética contemple únicamente temas
petroleros y de gas natural, cuando sabemos que existen infinidad de
alternativas como las energías renovables que dicho sea de paso tienen un menor
costo ambiental para la humanidad.
La
llamada reforma energética en ningún momento contempla la implementación de
fuentes de energía renovable y eso deja entrever la obvia demagogia de las campañas
políticas presidenciales, pues si mal no recuerdo, Peña Nieto hizo 16
compromisos al iniciar su periodo presidencial, y el compromiso número 14 fue
la reforma energética, que en su discurso del segundo debate de campaña aseguro
que incluiría asuntos como la generación de energía de fuentes renovables; como
era de imaginarse, las fuentes de energía renovable no fueron contempladas.
No
conforme con no cumplir sus compromisos, nuestro presidente tiene el descaro de
realizar un plagio al pretender presentar como una reforma suya el texto
propuesto por el expresidente Lázaro Cárdenas palabra por palabra, un
texto desfasado 75 años en el tiempo, sin duda la tecnología hoy es otra y el
paradigma a transformar es diferente, la reforma no debería pretender asumirse
ignorante prestando nula atención a otros sectores de igual importancia como
las energías renovables.
Entrando
en materia, la reforma energética pretende echar por tierra la modificación realizada
por el expresidente Adolfo Ruiz Cortines al artículo 27 con la que impidió toda
participación de particulares en PEMEX o cualquier otra participación en el
manejo del recurso petrolero proveniente de cualquier entidad diferente del
gobierno mexicano; pues bien, la reforma energética contempla la intervención de
particulares mediante la forma de “contratos de utilidad compartida” entre PEMEX
y el gobierno y/o PEMEX y algún particular con el gobierno, de esta forma PEMEX
se convertirá en una empresa como cualquier otra pero perteneciente al
gobierno, tendrá que pagar impuestos como todas y podrá hacer alianzas para
trabajos con el sector privado y el gobierno les pagará sus servicios.
La
reforma energética menciona como uno de sus impulsores el hecho de que en comparación
con E.U.A. México está muy rezagado en perforación de pozos para explotación en
aguas profundas, y a título personal considero que bajo las circunstancias de
ser aprobado, esto lejos de ser una desventaja se convierte en una oportunidad,
ya que E.U.A. contempla la inversión privada y seguramente sus inversores, se verían
más interesados en explotar pozos nuevos con una mejor calidad de petróleo que
los pozos ya gastados de nuestros vecinos, el problema con el petróleo son los
riesgos que conlleva la perforación en el mar. Existe también interés en que el
nuevo capital sirva para dotar de refinerías a México lo que permitiría comerciar
con un producto que tiene un valor agregado y por ende tiene un precio más alto
en el mercado, por supuesto no es necesario mencionar que estas nuevas refinerías
requerirían personal y se crearían nuevos empleos (aunque como dije aun habría que
ver el trato que el sector privado le daría a los trabajadores y si sería
posible explotarlos o no, si habría candados en la ley que protejan al
trabajador o no).
Las
ventajas del sector privado inmiscuido en asuntos energéticos es la inyección de
capital al mismo, la desventaja es indiscutiblemente la incertidumbre de los
miles de burócratas que viven a expensas de esta empresa nacional y los
problemas que podrían derivarse de la explotación que caracteriza al sector
privado.
Para
mayor información acerca del tema sírvase consultar