Hace un par de años, Daniel González tomó la decisión de autoabastecer su consumo de energía. Instaló 10 paneles solares de 200 watts de potencia cada uno en el techo de su casa, en Colorado, Estados Unidos, con ayuda de subsidios. Con ellos, genera la mitad de su consumo eléctrico, lo que le significa un ahorro de un 50% por ciento en la cuenta de la luz. Si instalara algunas unidades fotovoltaicas adicionales, podría satisfacer el total de su requerimiento.
González ya no es sólo un consumidor de electricidad. Ahora es también un generador. Algo que en Estados Unidos, donde reside, es cada vez más habitual tras la ley de Política Energética de 2005 que obligó a las operadoras a ofrecer este servicio. De hecho, hay más de 40 estados que utilizan el sistema de balance neto, mediante el cual un cliente puede generar su propia electricidad con sistemas de ERNC a pequeña escala e inyectarla de vuelta a la red, es decir, “vender” sus excedentes al mismo precio que paga por su consumo eléctrico a la distribuidora. En pocas palabras, netea lo que consume con lo que produce, y no paga ni un peso por la infraestructura (tendido eléctrico, empalmes, transformadores, etc.), la cual está subsidiada.
En Alemania, en cambio, vender electricidad autogenerada es un negocio. Para fomentar la generación a través de ERNC, el Estado definió tarifas más altas para la venta de energía proveniente de los clientes domiciliarios, a través de un programa de feed-in-tariff. Se trata de un sistema de net billing, donde el precio del kilowatt consumido del sistema es distinto al que se inyecta. En ese país, hasta 2012 se pagaba hasta 3 veces más por cada kw inyectado a la red. Un negocio atractivo para los usuarios, tanto que “muchos jubilados pusieron sus pensiones aquí”, cuenta González, quien como ejecutivo de Solar Energy International está al día de lo que ocurre con estos sistemas en diversos lugares del mundo.
Negocio redondo también para el Estado alemán, pues hoy más de la mitad de las energías renovables son producidas por pequeños generadores y lograron posicionar al país como uno de los líderes en la fabricación de tecnología fotovoltaica. Hoy, la energía solar en el país germano produce 20 mil megawatts de potencia y eso que en esas latitudes hay menos radiación que en Punta Arenas.
¿Net metering, net billing o derechamente net bullying? Todos estos nombres ha recibido la ley 20.751 de facturación neta, la cual fue aprobada tras casi una década de tramitación en marzo de 2011 y que recién entrará en vigencia el próximo 22 de octubre. Siguiendo la tendencia mundial, el senador Antonio Horvath presentó una moción parlamentaria en agosto de 2008 para establecer un descuento a las generadoras residenciales, las cuales pueden producir energía ya sea mediante paneles solares, instalaciones éolicas o una pequeña caída de agua. “Costó tres años convencer a los parlamentarios de que la aprobaran y después vino la demora por el famoso reglamento”, admite Horvath sobre el documento que recién fue publicado en septiembre pasado y que establece las condiciones de seguridad y de implementación para la conexión de red y la inyección de la ERNC. No era de extrañar entonces que medio broma medio en serio se hablara de net bullying, porque según cuenta el senador, “se intentó torpedear la ley”.
“Desde el punto de vista del usuario residencial, que paga en promedio 100 pesos por kw/h, si genera excedentes se los van a tomar a un valor menor, porque tienes que pagar el costo de distribución”, explica Gabriel Neumeyer, presidente de la Asociación Chilena de Energía Solar (Acesol). Y agrega: “El argumento de las distribuidoras y del mercado eléctrico en general fue que en la tarifa residencial BT1 (baja tensión) el cliente paga por energía, pero también por el costo de infraestructura. Desde el punto de vista del usuario, compro a 100 y vendo a 60, pero esa misma energía que inyecto se la puede vender la distribuidora a mi vecino, que está 10 metros más allá a 100. La ganancia entonces pasa a ser de la distribuidora y no del usuario que hizo una inversión importante”, explica el dirigente, para quien esta ley más que fomentar la generación de energía solar, “está cubriendo un vacío legal respecto a la autogeneración”.
“Siempre hemos sido partidarios de esta ley, nunca hemos tenido ningún rechazo”, aclara Rodrigo Castillo, director ejecutivo de la Asociación de Empresas Eléctricas. “En momentos como los actuales, en los cuales enfrentamos altos precios de la energía, cualquier forma de mayor competencia en la generación –incluyendo estos mecanismos– es una muy buena noticia”, explica.
¿Les complica a las distribuidoras que los clientes sean más autónomos al autogenerar electricidad?
“En Chilectra apoyamos las iniciativas que favorezcan la introducción de energías limpias y renovables. Esta instancia permite a los clientes tener un mayor vínculo con la compañía y eso nos parece una muy buena oportunidad”, dice Andreas Gebhardt, gerente comercial de Chilectra, al tiempo que explica que “las generadoras domiciliarias distribuidas generan externalidades positivas para la red de distribución, tales como diferir las necesidades de inversión al masificarse los sistemas de autogeneración”.
“Nadie va a quedarse sin pega”, insiste Horvath, y la razón es simple: “La demanda en Chile va seguir creciendo, el concepto aquí es que entra más competencia. Aquí nadie pierde, sólo que algunos ganan un poco menos".
fuente: http://www.senado.cl/prontus_senado/site/artic/20130712/asocfile/20130712115937/ministerio_de_energ__a_por_net_metering.pdf