domingo, 13 de febrero de 2022

Se promueven las buenas prácticas en el sector fotovoltaico en aras de la conservación de la biodiversidad y la sostenibilidad.

             La instalación de un panel fotovoltaico, así como de cualquier otra infraestructura lleva asociada una huella ambiental la cual naturalmente intentamos reducir en medida de lo posible, muchas veces las empresas no se comprometen con el medio ambiente y deciden, por una razón y u otra simplemente cumplir con los requisitos mínimos necesarios para obtener la Declaración de Impacto Ambiental positiva que tanto se necesita para que se les dé luz verde y puedan iniciar la construcción de un proyecto de parque fotovoltaico. Por este motivo la Unión Española Fotovoltaica (UNEF) ha decidido incentivar el interés por parte de las empresas a ir más allá de cumplir los estándares y desarrollar proyectos de integración social y ambiental en el sector fotovoltaico.

Para ello, la UNEF, ha creado en junio de 2021 el “Certificado de Excelencia en Sostenibilidad y la conservación de la Biodiversidad” como un reconocimiento a aquellos proyectos que cumplan con una serie de códigos de buenas prácticas en las que se habla de integración ambiental, impacto socioeconómico, protección a la biodiversidad, gobernanza y economía circular, la entidad responsable de la certificación debe ser independiente. Entre las buenas prácticas de las que se habla se incluye, pero no se limita a dejar el uso de herbicidas para posibilitar la regeneración del suelo y el desarrollo de la vida vegetal, así como para permitir la presencia de aves e insectos, la distribución de los paneles y vallas debe ser tal que permita el tránsito de fauna de menor tamaño, además de que estas estructuras no deben estar fijadas al suelo con cimentación.

                El objetivo de lo anterior es convertir a las instalaciones fotovoltaicas en reservas naturales capaces de integrarse en el paisaje y una vez los paneles hayan llegado al final de su vida útil y la planta que estos conformaban deje de operar sea posible recuperar el terreno que ocupaba la instalación.

Solo tres plantas han conseguido la certificación de la UNEF desde que se creó hace casi siete meses y la planta propiedad de Statkraft, Talayuela Solar ubicada en Cáceres al oeste de España, se encuentra en proceso de adquirirla, esta planta cuenta con una capacidad instalada de 300 MW y ha producido 398 472 MWh alimentando alrededor de 150 000 viviendas en el año que lleva operando. La instalación destaca por ser un ejemplo a seguir para otras plantas y es que de las 820 hectáreas que ocupa, 312 se han conservado como estaban, se realizó la plantación de 5 000 bellotas, se instalaron posaderos para grullas, se creó un abrevadero con islas para que aves puedan hacer sus nidos, además se instalaron sistemas de cámaras para el monitoreo de la fauna y tres miradores para dar seguimiento y realizar censos en las poblaciones de aves. Lo anterior es solo una parte de las acciones realizadas con el fin de reducir el impacto ambiental de la instalación, acciones que le costaron a Statkraft el 0.4 por ciento de los 265 millones de euros invertidos en la propia planta.

Fuentes:

https://www.larazon.es/medio-ambiente/20220211/kwd22wnb3vcpna3xshwuvktzue.html

https://www.diariodesevilla.es/empresas-al-dia/Certificado-UNEF-Sostenibilidad-Conservacion-Biodiversidad_0_1633938080.html