España se encuentra en una etapa decisiva en su transición energética. En los últimos años, el país ha logrado avances significativos en la adopción de fuentes renovables, posicionándose como uno de los referentes europeos en sostenibilidad energética. Sin embargo, este progreso los conlleva a un reto importante: el desperdicio de grandes cantidades de energía.
De acuerdo con los datos más recientes, más del 50% de la electricidad generada en España en 2024 provino de fuentes limpias como la energía solar fotovoltaica y la eólica. Durante la pasada Semana Santa, se registró un pico histórico en el que la generación renovable alcanzó el 114,42% de la demanda nacional a las 14:45 horas. Este hito ha sido posible gracias a una combinación de políticas públicas favorables, inversiones en infraestructuras verdes y un aumento de la concienciación ciudadana. Las instalaciones de autoconsumo, especialmente los paneles solares en hogares y pequeñas empresas, han contribuido enormemente al crecimiento de la energía solar, mientras que la eólica continúa siendo uno de los pilares del sistema eléctrico nacional.
Este impulso hacia un modelo energético más sostenible ha generado impactos positivos tanto ambientales como económicos: reducción de emisiones, creación de empleos verdes y disminución de la dependencia energética del exterior. Sin embargo, este progreso se ve parcialmente empañado por el alto nivel de energía que todavía se desperdicia en el país. Según cifras recientes, más del 60% de la energía generada en España no se utiliza eficientemente y termina siendo desaprovechada. Solo en 2024, se desperdiciaron 1,7 TWh de energía renovable, una cantidad suficiente para abastecer a 600.000 hogares durante todo un año. Este fenómeno ocurre por varias razones: ineficiencias en el transporte y distribución de la energía, falta de tecnologías adecuadas para el almacenamiento, y un consumo poco optimizado, tanto a nivel doméstico como industrial.
En el caso de España refleja un efecto común en la transición energética: avanzar en producción limpia sin una gestión eficiente los beneficios esperados pueden verse limitados. Para alcanzar una verdadera sostenibilidad, no basta con generar energía renovable; también es fundamental mejorar el uso que se hace de ella.
Soluciones como el almacenamiento mediante baterías, redes eléctricas inteligentes y una mejor educación energética del consumidor serían factibles para España ya que se perfilan como claves para reducir este derroche. Además, se requiere una planificación energética integrada que priorice la eficiencia tanto como la producción renovable. España tiene el potencial y la infraestructura para liderar no solo en generación verde, sino también en uso inteligente de la energía. El reto ahora es cerrar el círculo y asegurarse de que cada kilovatio generado contribuya plenamente a un futuro más limpio y justo.
Fuentes.
Skarlett, S. (2025, 4 mayo). Adiós a la nuclear y el carbón en España: El día que demostramos que no aspiramos demasiado alto. ECOticias.com el Periódico Verde. https://www.ecoticias.com/energias-renovables/espana-energias-renovables
Skarlett, S. (2025, mayo 4). Cada año España desperdicia 1,7 TWh de renovables: Pero pronto buscará toda la energía posible. ECOticias.com el Periódico Verde. https://www.ecoticias.com/energias-renovables/espana-desperdicio-energia#google_vignette