Con las mondas de una naranja, los rastrojos del jardín o todo
lo que desaparece por el inodoro es posible generar una energía menos
contaminante que la gasolina o el diésel. Útil para producir calor y electricidad,
y también para poner en marcha vehículos. Por las calles de Pamplona circula el
primer autobús de España propulsado por biometano, un combustible obtenido a
partir del refinamiento del biogás que se genera con la fermentación de las
aguas residuales. Esta fuente de energía se presenta como una alternativa con
doble beneficio: contamina menos y ayuda a reducir los residuos orgánicos que
se acumulan en los vertederos.
El autobús pamplonica, fabricado por Mercedes y es capaz de
recorrer 1.000 kilómetros alimentado con los residuos que todos sus pasajeros
generarían en un año. El biogás debe estar compuesto, al menos, por un 50%
de metano para que sea rentable usarlo como combustible”, explica María Piedad
Martínez, responsable de proyectos de biogás de Gas Natural Fenosa. Las
materias primas determinan la calidad del gas que, actualmente, se puede
obtener de tres maneras: a partir de desechos orgánicos sólidos, los lodos
resultantes de la depuración de aguas fecales o de los residuos de las industrias
ganadera y agrícola. La clave del éxito está en los sustratos ricos en grasas,
hidratos de carbono y proteínas, su degradación forma grandes cantidades de
ácidos grasos volátiles, unas sustancias precursoras del metano.
La obtención de biometano es
un proceso relativamente nuevo, es un proceso de limpieza y enriquecimiento del
gas para que alcance características similares a las del gas natural.